sábado, 18 de abril de 2015

Trozo de vida

Si Dios te obsequiara un trozo de vida,
pintarías el cielo con una sonrisa,
secarías mis lágrimas con tu mirada
y llenarías la plaza del barrio con tu alegría.

Si Dios entendiera que todavía no ha llegado
el momento de tu viaje a otra vida,
ese que todos los hombres hemos de emprender algún día,
encenderías una vela con tus ganas de vivir
y apagarías la tristeza con tus manos.

Si Dios te diese un trozo de vida,
aprovecharía cada momento a tu lado,
siempre tendría una sonrisa en mi cara,
y nunca saldría de mi boca una mala palabra.

Si Dios te diera un trozo de vida,
te gritaría desde lo alto de una montaña que te quiero,
pararía el tiempo por un instante
y te daría el abrazo más grande que jamás te di.

He aprendido tantas cosas de ti…

He aprendido que la vida es un regalo que Dios
hizo al hombre, no para guardarlo en un cajón sino para
sacarlo a la calle y disfrutarlo cada día.

He aprendido que si no tienes a nadie a quien amar
y nadie que te ame, nada tiene sentido.

He aprendido que en la vida hay pocas cosas importantes:
que de nada te sirve tener dinero, una casa o un coche
si no tienes con quien disfrutarlo.

He aprendido que a pesar del dolor, de la enfermedad y
del miedo, merece la pena levantarse cada día
y disfrutarlo como si fuera el último.

He aprendido que lo que queda de las personas
que pasan por nuestra vida no es lo que nos dieron,
ni siquiera lo mucho que aprendimos de ellas,
sino lo que nos quisieron y nos hicieron quererlas.

@_nataliazapa 
 
 

 


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