miércoles, 13 de mayo de 2015

La buena estrella

Siempre he preferido una estrella fugaz
antes que una constelación de estrellas.
La prefiero porque aunque sólo brilla un momento
y después huye hacia el infinito,
por un instante brilla más que ninguna otra.

Siempre he preferido una estrella fugaz,
porque me recuerda a muchas personas que quiero.
Me recuerda a ellas, porque, a veces, se comportan como esa estrella:
pasan los días de puntillas, sin hacer ruido,
o quizá, mostrando su lado más oscuro, y, cuando menos te lo esperas,
brillan en medio de la noche más oscura.

Siempre he preferido una estrella fugaz...
una de esas personas que tan sólo sufre
y en un atardecer agota todos los consuelos...
una persona que se cree nada y, en realidad, lo es todo...
una persona que se cree infierno y es un pedacito de cielo...
una persona que se cree noche y es luz.

Siempre he preferido la estrella fugaz...
la buena estrella que te levanta los ánimos tras la derrota;
la buena estrella que no tiene ganas de vivir y te regala toda su vida;
la buena estrella que deja sus penas de lado por llorar con las tuyas;
la buena estrella que cuida de mi (ti), simplemente porque me (te) quiere.

@_nataliazapa 

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