Puede que no sea políticamente
correcto, pero he de confesarlo… tengo unos amigos (muchos de los cuales) no
llegan al metro y algo de altura.
Con ellos el tiempo se pasa volando.
Me enseñan cosas nuevas día a día y ya
no me imagino mi vida sin ellos.
Son mis amigos, los niños.
Puede que una mente recta y adulta no
llegue a entenderlo, pero he de confesarlo… tengo amigos que todavía están en
infantil o primaria e incluso llevan pañal y hasta comen mal o se despiertan
por las noches.
Ellos son sinceros, honestos y
auténticos.
Y me han enseñado a quererme tal y
como soy.
Con ellos se me escapa la risa, no
tengo miedo.
Se van las prisas.
Con ellos soy feliz.
Son mis amigos, los niños.
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